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Los datos del último Barómetro Político de Catalunya, elaborado por GESOP y publicado por EL PERIÓDICO hace dos domingos, ponen de manifiesto que, de cara a la consulta prevista para el próximo 9 de noviembre, los favorables a la independencia parten con ventaja sobre los contrarios a este proyecto. Así, a día de hoy, un 42,9% de los catalanes afirma que votaría a favor de la independencia, mientras que un 33,8% dice que lo haría en contra; el 23,4% restante no quiere o no sabe posicionarse sobre esta cuestión. […]

Estos resultados no son ninguna novedad, ya que las encuestas vienen evidenciando desde hace algunos años un creciente apoyo a la independencia de Catalunya entre la ciudadanía. Además, cuando se analizan los datos con más detalle, se observa que esta mayoría parece reproducirse en los diferentes segmentos de población, aunque con matices. Así, el apoyo a la independencia es más alto entre los hombres que entre las mujeres y entre los residentes en municipios pequeños que entre los que viven en grandes ciudades; también crece a medida que se reduce la edad de los individuos y aumenta su nivel de formación.

Ahora bien, los datos del Barómetro de EL PERIÓDICO, que se pueden analizar con detalle gracias a las tabulaciones y el fichero de datos que se acaban de publicar, ponen de manifiesto que las variables que determinan el posicionamiento de los catalanes sobre la independencia no son tanto el sexo, la edad, el nivel de estudios o su lugar de residencia, sino fundamentalmente su origen, que se manifiesta en indicadores como la lengua habitual, el lugar de nacimiento o el lugar de nacimiento de los padres, variables que seguramente explican buena parte de las diferencias que se observan en otros niveles. Los siguientes gráficos exponen el posicionamiento de los ciudadanos sobre la independencia según estas variables*.

Los datos ponen de manifiesto que la independencia obtiene un apoyo muy mayoritario entre los catalanohablantes y entre los que tienen los dos padres nacidos en Catalunya y de forma más matizada entre los nacidos en Catalunya y entre los que tienen uno de los dos padres nacido fuera de Catalunya. Ahora bien, el desacuerdo con la independencia es mayoritario entre los nacidos fuera de Catalunya, entre los que tienen los dos padres nacidos fuera del país y entre los castellanohablantes. En estos segmentos se observa también una mayor proporción de individuos que no saben o no quieren posicionarse sobre esta cuestión, lo que puede dar una primera idea acerca de cuál es el perfil de este grueso de población.

Cuando se cruzan estas variables entre sí, como en el siguiente gráfico, se constata la relación gradual entre la procedencia de los entrevistados y su posicionamiento en esta cuestión: cuanto más vinculado a Catalunya es el origen del individuo, más favorable a la independencia es éste.

Las diferencias de posicionamiento respecto a la independencia se reproducen en todas aquellas variables que tienen que ver con esta cuestión, como se expone en la siguiente tabla. Así, cuanto más vinculado está el origen de los individuos a Catalunya, más seguros están de ir a votar el 9N y más convencidos de que la consulta se acabará celebrando. En cambio, entre los castellanohablantes, la mayoría cree que ésta no tendrá lugar y, en consecuencia, crece la proporción de individuos que pone en duda participar en la misma.

La tabla también presenta datos sobre el sentimiento independentista de los individuos y su comodidad a la hora de hablar de este tema, que ayudan a ponderar el análisis y las interpretaciones en torno a esta cuestión.

En definitiva, los resultados ponen de manifiesto que el debate sobre la independencia genera en la sociedad catalana un desacuerdo que reproduce en buena medida las diferencias entre los catalanes en cuanto a procedencia. Esto no representa ninguna sorpresa, pero debe hacer reflexionar sobre el grado de transversalidad del proyecto independentista en nuestro país.

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* Entre paréntesis, se facilita el número de entrevistas disponible en cada categoría.

** Se ha combinado la lengua habitual con las variables que indican el origen de los individuos: el lugar de nacimiento de los padres en caso de los catalanohablantes y el lugar de nacimiento del propio individuo en el caso de las personas castellanohablantes.