Índice de confianza en el gobierno

Esta semana el CIS ha publicado el Índice de confianza del consumidor del mes de agosto. Mensualmente, esta institución hace público dicho índice con el fin de medir la confianza del consumidor. Se trata de una herramienta par a interpretar y predecir la evolución del consumo privado en España.

El análisis de la evolución de este índice en el contexto social, político y económico de cada momento nos permite medir el estado emocional del país. Del mismo modo, podemos observar cómo afectan los acontecimientos a la percepción más o menos optimista que tiene la ciudadanía española de la situación.

ÍNDICE DE CONFIANZA DEL CONSUMIDOR

CIS. Evolución 2018 – 2021

Recorrer este índice desde que Pedro Sanchez es presidente permite observar los vaivenes emocionales de la población durante su mandato y en qué contexto las opiniones se muestran más o menos confiadas. Obviamente, desde los inicios de la pandemia, ésta ha marcado de forma absoluta el ánimo de los/las españoles/as. El análisis detallado de los datos permite apreciar el optimismo que llega con el relajamiento de las medidas contra la COVID o la decepción que provocan las nuevas olas del virus.

En este sentido, analizando la serie, puede verse que la percepción de mejora no ha parado de crecer durante el año 2021. Incluso, los datos de los tres últimos meses son homologables a los que había a principios de 2020. Además, el indicador que mide las expectativas y el que recoge la situación actual vuelven a acercarse tras estar muy alejados durante la primera etapa de la pandemia.

Por otro lado, cabe destacar que en agosto la percepción sobre la situación actual está mejor que justo antes del confinamiento, situándose en el nivel más alto desde agosto de 2019. El malestar provocado por la repetición de las elecciones en el último trimestre de ese año acarreó una valoración de la situación peor que la que tenemos en estos momentos.

De hecho, aunque es un índice que se construye a partir de la percepción sobre la coyuntura económica actual y las expectativas para los meses siguientes, la incidencia de la política está muy presente. Muestra de ello está en los resultados de analizar la opinión de los diferentes electorados hacia la situación económica actual en comparación con la que teníamos seis meses atrás.

¿La situación actual de la economía española es MEJOR o PEOR que hace seis meses?

Así, la valoración no parece depender tanto (ni siquiera mayoritariamente) de una lectura objetiva de los datos económicos. Más bien parece depender del posicionamiento ideológico de las personas que opinan sobre ellos, según sean votantes de un partido del gobierno, de uno que apoye al ejecutivo o de uno que esté en la oposición. El gráfico anterior pone de manifiesto de forma clara esta relación. Así pues, el índice de confianza del consumidor es también un índice de confianza en el gobierno y los partidos que lo forman.

Àngels Pont
Directora de GESOP