11S, 11M, 12F
Es sabido que medir la opinión pública es una cuestión compleja dada la diversidad de factores y variables a tener en cuenta en el análisis y la interpretación. En las próximas líneas queremos hacer una reflexión en torno a la influencia que un determinado evento puede tener primero sobre la opinión pública y posteriormente sobre los comportamientos que se derivan. La reflexión parte de un primer análisis del impacto que un evento como el del 11 de septiembre pasado tuvo sobre el resultado electoral del 25 de noviembre. […]
En cualquier estudio, la elección del momento en que debe llevarse a cabo la recogida de la información es muy importante. Son muchos los estudios en los que se estipula realizar el trabajo de campo en los períodos que representen la máxima normalidad del hecho a estudiar. En los estudios electorales el contexto viene determinado por la fecha de los comicios, no por si nos situamos en un momento más o menos sujeto a estabilidades o inestabilidades políticas, económicas o sociales. Para hacer un buen análisis de este contexto es muy útil disponer de series de datos, es decir, de la evolución a lo largo del tiempo de las variables políticas que permiten distinguir las tendencias de fondo de los movimientos puntuales fruto de la coyuntura concreta de cada momento.
¿Podemos decir que el impacto electoral de un acontecimiento de una fuerte trascendencia es mayor cuanto más cerca están las elecciones? Podemos pensar que si tienen lugar lejos de las citas electorales los efectos de estos eventos se desvanecen? ¿Podemos estar seguros, por ejemplo, que los resultados de las elecciones generales del 2004 habrían sido diferentes sin el 11M? ¿Rajoy habría sido presidente del gobierno español en 2004 sin el atentado de Atocha y lo que se derivó de él? ¿Si las elecciones hubieran sido tres meses y medio después del atentado, los resultados habrían sido los mismos? Lo cierto es que una semana antes de ese desgraciado suceso todo el mundo daba al PP como ganador.
Tenemos otros ejemplos menos dramáticos que el del 11M. Si repasamos la serie de encuestas de que disponemos de la última década, sobresalen dos: las manifestaciones celebradas en Barcelona el 15 de febrero de 2003 contra la guerra de Irak y el 11 de septiembre de 2012 a favor del estado propio. Tanto en un caso como en el otro estas manifestaciones suponen un revulsivo que cambia repentinamente el estado de opinión del conjunto del país. En ambos casos, la postura defendida por los manifestantes se convierte en socialmente dominante y se genera un incremento de la movilización social [i]. En términos demoscópicos esto favorece a quien mejor representa el espíritu de las movilizaciones y castiga a quien se muestra más contrario. De repente las encuestas muestran una ruptura en las series y las tendencias que ellas expresan.
En ambos casos tenemos la suerte de que tres meses y medio después hubo elecciones. En 2003 las elecciones municipales del mes de mayo y en 2012, las elecciones catalanas de noviembre. Si bien no hay dos situaciones ni dos elecciones iguales, nos hemos atrevido a hacer la comparación entre estas dos citas electorales que tienen lugar en un entorno político y social excepcional. Hemos comparado ambas situaciones teniendo en cuenta las encuestas y los resultados en la ciudad de Barcelona en 2003 y en Catalunya en 2012. Observamos algunas similitudes:
- Los partidos que representan el sentir dominante aparecen sobrevalorados en las encuestas.
- En 2003, los partidos de la izquierda ideológica: PSC, ICV-EUiA y ERC
- En 2012, los partidos independentistas y/o nacionalistas: CiU y ERC
- En el contexto previo a la cita electoral se constata un incremento del interés y la movilización electoral.
- En 2003, la participación en las municipales se incrementó 5,6 puntos respecto a las elecciones anteriores. En la ciudad de Barcelona, la gran protagonista de las movilizaciones (incluso en palabras del entonces presidente estadounidense George W. Bush), la participación se incrementó en 7,7 puntos.
- En 2012, la participación en Catalunya se incrementó en 10,8 puntos respecto a las últimas elecciones al Parlament, alcanzando el máximo histórico para este tipo de comicios.
- En ambos casos, contra todos los pronósticos, se produce un fuerte retroceso de las fuerzas mayoritarias que parecían “liderar” la opinión dominante en cada caso.
- En 2003, el PSC retrocede casi 12 puntos en la ciudad de Barcelona respecto a las municipales de 1999, su resultado electoral más bajo hasta aquel momento. Posiblemente el primer síntoma del desgaste socialista, que se ha acelerado posteriormente.
- En 2012, CiU retrocede 7,8 puntos respecto a las elecciones de 2010, situándose en uno de sus registros más bajos. Hará falta ver cómo evoluciona esta formación en el futuro, si bien a corto plazo todas las encuestas postelectorales acentúan su retroceso.
- Tanto en 2003 como en 2011 los más beneficiados fueron las segundas opciones representativas de la opinión dominante en detrimento de los grandes partidos.
- En 2003, tanto ERC como ICV-EUiA doblaron sus resultados en la ciudad de Barcelona y consiguieron uno de los mejores registros de su historia.
- En 2012, ERC casi dobla sus resultados y se coloca por delante del PSC en escaños. También aparece la CUP y mejoran notablemente los resultats de ICV-EUiA, también partidaria del derecho a decidir.
- Y también en ambós casos se incrementaron los votos de la postura opuesta, liderada por el PP que, coincidencia o no, en los dos momentos es quien gobierna España.
- En 2003, en la ciudad de Barcelona se preveía un ligero retroceso del PP y finalmente sacó mejores resultados que en los comicios anteriores y mejoró las expectativas de voto que estimaban las encuestas.
- Lo mismo se ha repetido en 2012, en un contexto adverso para el PP a causa de la política económica del gobierno central, éste mejora ligeramente sus resultados de 2010, cuando ya había obtenido uno de sus mejores registros en unas elecciones al Parlament de Catalunya.
El contexto es un elemento clave a tener en cuenta en el momento de la interpretación de los resultados en una encuesta política y más aún si tiene un carácter electoral. A mayor convulsión social también mayor convulsión electoral, al menos en la última década, cuando pocas veces ha existido una mayoría social que haya dado confianza a una única fuerza política. Ambos ejemplos que hemos analizado nos indican unos movimientos relativamente similares y acordes con el contexto. Posiblemente movimientos de fondo que se aceleran ante situaciones de carácter excepcional como las que hemos comentado.
Artículo publicado en el blog ÀMBITS DE POLÍTICA I SOCIETAT del Col·legi de Politòlegs i Sociòlegs de Catalunya el 25 de febrero de 2013.
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[i] Algunos titulares del día después de ambas manifestaciones:
De la del 15 de febrero de 2003:
- El Periódico: “El món vibra amb la mobilització popular més gran de la història”
- La Vanguardia: “Barcelona, capital mundial de la paz”
- El País: “Barcelona reúne a 1,3 millones de personas contra la guerra en la mayor manifestación de su historia”
De la del 11 de septiembre de 2012:
- El Periódico: “Catalunya clama per la independència”
- La Vanguardia: “Massiva manifestació per la independència de Catalunya”
- El País: “El independentismo catalán logra una històrica exhibición de fuerza”
- Ara: “Un milió i mig de manifestants per la independència de Catalunya”
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