Un escenario convulso con volatilidad de voto
A un mes de las elecciones, la encuesta que publica EL PERIÓDICO muestra unos resultados con un escenario general similar al de hace un mes –amplia victoria de CiU respecto al resto de fuerzas políticas–, pero con algunos detalles ligeramente diferentes. Hace un mes, el contexto general estaba alterado, debido a los acontecimientos que siguieron al Onze de Setembre y a la convocatoria de elecciones en el debate de política general en el Parlament. Actualmente, el contexto ha superado, al menos en parte, el impacto inicial, y las opiniones y tomas de posición de los electores van cobrando cuerpo. De todas formas, nos situamos en un escenario bastante convulso, con mucha volatilidad de voto, lo que da margen para que se acaben produciendo cambios significativos. […]
Destacaremos algunos datos que ayudan a interpretar los movimientos y sus implicaciones en los resultados. Primero, la importancia que se da a estas elecciones, con la consecuente movilización electoral que apunta a una mayor participación. Segundo, CiU está próxima a la mayoría absoluta, pero de momento no la tiene. La federación nacionalista recibe votos de casi todos (excepto de Ciutadans), pero también pierden otros. Así, alrededor de un 15% de los votantes del 2010 ahora dicen que votarían a otro partido.
Tercero, respecto a hace un mes, el president Mas retrocede en valoración y, aunque está mejor que seis meses atrás, obtiene una nota discreta (5,4). En la misma línea, las opiniones negativas dominan a la hora de valorar la gestión del Govern. Además, se constata cierta dispersión y/o división de opiniones dentro del electorado de CiU en relación al abordaje de la cuestión nacional.
Cuarto, el retroceso de los socialistas y la extrema debilidad de sus indicadores son los responsables de buena parte de la incertidumbre del conjunto del mapa electoral. El PSC cede votos a casi todos (especialmente a CiU e ICV) y buena parte de los que dicen que siguen simpatizando con los socialistas están a la expectativa. El comportamiento de estos será determinante para el reparto y distribución final de los resultados.
Quinto, también en el resto de electorados hay alteración; las fidelidades son relativamente bajas, pero la mayoría (ERC, ICV y C’s) compensan con creces lo que pierden. El PP retrocede de forma moderada.
Y sexto, todo ello en un contexto electoral donde el eje nacional es fundamental. Hasta un 61% dice que decidirá su voto teniendo presente este eje, frente al 25% que afirma que lo hará teniendo en cuenta el ideológico. De hecho, la cuestión nacional ha irrumpido con tanta fuerza que ha cambiado opiniones. Así, por ejemplo, antes del verano los votantes del PP eran los que mejor valoraban a Artur Mas y su Ejecutivo; ahora, junto a los de C’s, son los que lo valoran peor, mucho peor. Al otro lado, han aumentado notablemente las opiniones positivas de los votantes de ERC sobre Mas y el Govern. Nos situamos, pues, en un momento de volver a tomar posición en base al eje nacional (Catalunya-España) que es, y posiblemente será, la clave para definir el talante de la vida política de nuestro país en los próximos años.
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